miércoles, 6 de junio de 2018

Carmen Berenguer // Poemas

Carmen Berenguer es una poeta, cronista y artista visual chilena. Pertenece al grupo de poetas que irrumpió en los años 1980, en plena dictadura de Augusto Pinochet. Una de las principales voces femeninas de resistencia y denuncia ante la represión,  se convirtió en un personaje ineludible del paisaje poético chileno. Fue íntima de las Yeguas del Apocalipsis, el irreverente dúo formado por Francisco Casas y Pedro Lemebel. Fue editora de revistas y organizó en 1987, junto con otras escritoras, el Primer Congreso de Literatura Femenina. Es la segunda mujer y única chilena que ha ganado en Premio Iberoamericano de Poesía Pablo Neruda y estuvo nominada al Premio Nacional de Literatura. Su poesía ha sido traducida a diversos idiomas. Ha incursionado en la crónica, practicado el arte audiovisual y realizado performances.

Su obra conjuga opinión política, crítica cultural y reflexión sobre el lenguaje. Explora texturas orales y escritas sobre una estética altamente provocadora. Su producción poética manifiesta el compromiso social en temas vinculados a la ciudad y sus problemáticas, a la política y el mercado, al género femenino y a los nexos entre el cuerpo y la lengua. La mezcla de géneros literarios conforma los ejes de una obra sugerente de gran espesor simbólico y cultural.




Poemas


Desconocido
               

Un hombre a quién no conocía
aparece en los diarios de todo el país.
Está tirado en la calle
tiene el cuerpo perforado:
Ahora todos lo conocemos.


***

Loba

De dónde esta mueca
Esta boca este rostro
Esta máscara este abrigo
De dónde esta locura
De acompañarte por las noches
Con este negro y este rojo
Esta bufanda que es una bufonada
Y esta vitrina que devuelve esta pirueta
Esta artesanal pinta hecha a la medida.
Y esta lengua de loba despistada
Que te lame.

Vampiros 

Mi carne para su goce
Mi orgullo para su látigo
Mi protesta para su cárcel
Mi infierno para su edén
Mi amuleto para su suerte
Mi locura para sus sueños
Mi muerte para su vida

                                                ***

ahora
mi apreciada realización es ir hacia el poema que aguarda sutil
surge ese pedazo de material que nos quedó extraviado en algún hueco del armario será este recorrido 
extraordinario si llego a encontrarlo
aquí está latente la palabra que se nos había escapado al construirlo
quizá ya nada sea de igual modo y no lo es por cierto aquello quedó así
y nos guarecimos como pudimos y aquello nos recorrió el espinazo lo sentimos juntos escalofrío y miré 
mi plantación de cardenales rojos han sobrevivido tres esperando el agua y la noche fría siempre fría y 
nada de esto era y es realmente importante

la noche llega llegan los amigos y ahí están las ensaladas todas ellas con frutas manzanas pan rallado 
ajo gajos dulces y pequeños acariciando las espinacas ese contraste de colores verde rojo verde en el 
tiempo finalmente el párpado se achica y es apreciado el encuentro
hace un tantito   

qué hay de extraño en la planicie de la cama el plisado de las sábanas
qué hay de entumecido el resto que ha quedado guardado allí
si yo lo he palpado noche a noche

podría decir lo mismo del amor que nos guardamos del amor que nos guarece
ayer me hablaste fuerte y te lo hice saber que ya no me quieres ahora vieja
podrás requererme sin la paciencia  ahora cuando la pasión está despierta

y la serie de cactus se propaga como locuaces ardides y le crecen flores entre las espinas y voy viendo 
una nueva variante ramificaciones y túneles en la misma ventana huésped del tiempo transitado como 
una oruga arrastrando el paso a paso
nada de reverberaciones

ahí sola en el tiempo nada vociferante demasiado ruido ambiental
en una longitud mínima una mujer con el rostro tapado y una limpiadora en mano arremete en el 
silencio de la noche

***

Oda a mi huerto de pelos
Ahora recojo unas puntas y las junto a las otras y no he cepillado ni peinado solo mojadas mecha a mecha las enhebro y las levanto con un soplo de vida
como  manto de olvido por el brazo herido y manca levanto al vuelo las puntas y las engarzo con flores de coliflor y serpenteados de tomates chicos simulando un huerto en mi  cabeza en una escena de arte de chacra cubre mi tiznado porvenir
Al otro día revuelvo los lazos de cabello y me asoman albahacas y hierba buena y solo levanto la parte de atrás y la aprieto con una aldaba de apio
Soy me digo: la mujer de la peineta morada que almidona la tristeza como si yo pudiera hablar altisonante o yo quisiera sumarme a la tradición de la palabra
como si mi palabra fuera la palabra hecha verbo y fuera dueña
de mi cabellera y la manejara a mi antojo
en una manada de hojas verdes
en mis negras hebras
no estoy obligada a escuchar palabras
de un pequeño dios que me ahoga con ingredientes sempiternos
ahora suelto una cascada invertebrada relumbra de luciérnagas intermitentes engarzando el torrente de puntas de colores para colgarla en un espino

performance de mi huerto

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