lunes, 22 de enero de 2018

Irene Gruss / poemas

Irene Gruss es poeta y dueña de una voz propia a la que siempre persigue. Formó parte de un movimiento que significó la continuación y el replanteo del coloquialismo que animó la poesía de los 60. Integró las redacciones de grandes revistas literarias y colaboró en distintas publicaciones. Sus poemas fueron traducidos al francés, inglés, ruso, croata, portugués, italiano y sueco. Publicó numerosos libros de poesía y en su caracter de compiladora, la antología "Poetas argentinas". Sus poemas exponen una mirada compleja de lo cotidiano y muchos tienen un tono despiadado. Coordinó talleres de poesía y su otro oficio es la corrección.

El mundo incompleto / Blog Irene Gruss




El jardín

¿Estás cansada del viaje, Diana? 
¿Dejaste las valijas y te asomaste a ver el sol 
en tu jardín, fuiste allí 
rápidamente, pausadamente? 
¿Echaste una ojeada a las plantas 
o mirás cada una, sabiéndola, 
descubriéndola, cuidás 
tu jardín, hablás, cantás con 
la regadera en la mano? 
¿Estás cansada de vuelta del viaje, 
Diana? ¿Estás contenta? 
¿Alguien te acarició, jugó otra vez 
con tu melena de fénix, 
te besó los párpados 
como quien desea tocar 
una mirada así de azul, de gris 
según el tiempo? ¿Fuiste feliz, 
Diana? ¿Intenso y duro, el viaje? 
¿Acomodaste la cabeza en el asiento del avión?, 
¿descansaste? 
¿Estás repleta de memoria, de sentidos 
por el viaje, Diana? 
¿Comerías conmigo para contarme? 
¿Pasaste hambre en la estadía, 
Diana, pasaste hambre? 
¿Te embriagaste? ¿En algún momento 
llegaste a marearte por el viaje? 
¿En algún momento, sentiste 
esa nada en la boca 
del estómago, ahí donde dicen que 
está el alma? ¿Llenaste 
con qué esa nada, con la gente, 
con las cosas, tuviste 
necesidad? ¿Observaste 
la vida tranquila? ¿Así, como te veo 
ahora, calma 
y sabihonda? ¿Conociste 
la muerte en el viaje, 
Diana? ¿Te asustó, la asustaste? 
¿Trajiste fotos, postales, 
documentos?, ¿abrazaste a 
muchos, te abrazaron? 
¿Gozaste, tradujiste el amor 
loca de deseo? ¿Hablaste demasiado, callaste 
demasiado? ¿Por qué 
estás diciéndome 
que escribir es lo único 
que tenemos? ¿Estás 
cansada, es por eso, porque 
estás cansada del viaje? ¿Querés 
dormir, recostarte en un hombro, 
querés reír, llorar un 
poco? ¿Acaso el viaje mismo 
no te consuela, 
Diana? ¿No es como el tacto 
de otra mano, no lo es, verdad? 
¿Comerías conmigo para 
contarme? 
¿Ya floreció la rosa 
en tu jardín? ¿Es tan bella? 
¿Los pétalos reventaron 
plenos de vida, la vida es 
púrpura después de un viaje, 
Diana, 
es así? 

 Miopía

No ve
lo pequeñas que son las cosas.
Delirio de grandeza
en la mirada.


Mientras tanto
Yo estuve lavando ropa
mientras mucha gente
desapareció
no porque sí
se escondió
sufrió
hubo golpes
y
ahora no están
no porque sí
y mientras pasaban
sirenas y disparos, ruido seco
yo estuve lavando ropa,
acunando,
cantaba,
y la persiana a oscuras.

Balcones

Esa vieja a lo lejos apenas puede colgar en la soga un repasador,
antes lo retorció pero ya no como antes,
cuando la fuerza era ciega y
eran sábanas, toallones, el mameluco de su hombre, los
infinitos
calcetines, no, ahora ya no,
apenas da en el blanco con ese broche
y lo aprieta, se agarra de la soga.
Suspira.
De pronto mueve su cabeza,
ve que la estoy mirando, la saludo como si la conociera.
Sonríe y
va hasta la maceta del malvón, me la ofrece
entre los cables, el aire que nos separa.

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