lunes, 1 de enero de 2018

Gabriela Bejerman / Poemas



Gabriela Bejerman nació en Buenos Aires.  Es licenciada en Letras, escritora, performer y directora de teatro. Publicó libros de poemas, prosa,  cuentos y dos novelas. Editó un disco de música electrónica y poesía.  Dirigió la revista literaria Nunca nuca quisiera irme a casa, que difundió muchas de  las  voces  de fines de los ´90 y que marcó una nueva manera de puesta en escena y circulación de la poesía. Particpó de numerosas antologías y festivales nacionales e internacionales. Desde 2001 trabaja dictando talleres de lectura y escritura.



Orgásmica

soñé con caballos plateados

tenía dieciséis

los años pasaban como 
luces

era un viaje, un traje 
universal

tropeles de viento me 
llevaban al mundo

el pelo me crecía a la 
velocidad del tiempo

el verde era el más feliz 
color

relucía en la oscuridad 
eterna

no alcanzaba nunca la 
bienvenida

no había otras chicas

pero las estrellas sonreían

los arcos se abrían con 
destellos de helio

sola al final flotante

plena, orgásmica

no recuerdo qué cantaba



ya no quiero

ya no quiero
otro beso
de despedida
el dj dejó de tocar
el sol salió
allá en algún lugar
acá llueve sin cesar
ya no quiero
otra canción de amanecer nublado
otra salida hacia la melancholy beach
el dj subió al taxi con su enorme paquete de discos
una novia en cada puerto
para él tocar es posponer
todas las dudas, bailar
ya no quiero hacer un show de borracha
que llora en la pista
no estoy para sonrisas
para el vip
ya no quiero bajar la persiana
tener insomnio a las diez de la mañana
quiero un largo día de sol
escuchar a la gente
y olvidarme de mí

Una pera llega a mí

quiso crecer
hasta ser amarilla y blanca
carne jugosa
le hago una reverencia
con cada mordisco
despacio
para recordar
que no es sólo producto del cultivo
del interés económico
o del trabajo de seres que tal vez
con sus manos recogieron una a una
estas pompas de dulzor

esta pera que a mí llega
es fruto de la vida
que la instó a seguir creciendo
más allá de la flor
sin temer, sin dudar
hasta ser fruta
madura recompensa

qué suerte que no la olvidé en la heladera
que no se puso fea
todo ocurrió a tiempo
mastico agradecida
entera la disfruto
no pienso en otra cosa
entrego mi conjunto de papilas
mi tiempo de morder y de tragar
mi tiempo de comer
ahora
conozco el sabor de dios



La casa se va a dormiryo ordeno la cocina con el agua que camina por los platos
satisfecha, disfruto mi rato libre: libre para lavar, ordenar
mi momento de soledad;
abajo, los niños con papi
arriba, mami
¡arriba, mami!
¡a escribir, vamos, arriba!
pero sigo boludeando y mi oportunidad pasa
me perdí en la red social que no es ninguna red
más bien está llena de agujeros
me perdí intentando que la casa parezca armoniosa
¿por qué no me banco la huella?
o no son lindos los libros amontonados
la vianda y la campera abollada
los chiches como popurrí de fiesta…
La casa se va a dormir
di la teta, cambié el pañal, volví a dormirlo
esa cabezota babeando amor sobre mi hombro
es lo más seductor
unifica mi cuerpo como un tornado tierno
¡Cosas tan poéticas que vi hoy…!
un hombre vestido de camuflaje en tonos de gris
lentes de sol policiales
barría un montón de hojas amarillas
junto a su cubículo de seguridad
y algo también del otoño:
llamaradas incontrolables sobre una enorme pared nueva
la enredadera venía de la tierra
de un viejo jardín
de una casa no tirada abajo
Qué tristes son las noticias de la realidad
hay que lidiar con cómo tomárselo
cómo no amargarse, cómo hacer algo
el panadero de ayer dijo
“son sólo cuatro años,
el bien siempre triunfa”
Aunque no sé si tengo tanta esperanza,
me alegró que alguien sí
alguien que se cruzó por mi día
y que además se encargó de hacer
una factura con crema pastelera
histórica, de tan rica
Hoy hablamos de las clases en la calle
la dura situación de Colombia
una alumna puérpera se llenó de amigas
un alumno dermatólogo se puso en la piel de su paciente
creo que puedo hacer una reverencia ante este día
cuyo momento álgido fue la preparación de milanesas de garbanzos
no quedaron un éxito pero, qué satisfacción cocinar algo nuevo
apuntar con marcador rojo los ingredientes
empanar, empanar, empaparse los dedos de pasta de ilusión
y si el resultado fue demasiado crocante,
habremos aprendido
y si no logramos dejar todo pipí cucú antes de ir a dormir
habremos aprendido

Por último me concedo el primer recuerdo del día
el sueño de un viaje a la Antártida, quedar varados en el hielo
que podría romperse cuando descendemos hacia el rescate
corro con mi bebé a upa y nos salvamos
otra vez la ciudad, sí, pero habiendo vivido una aventura
habiendo conocido lo más frío y peligroso
llegamos otra vez al calor del amparo

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